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Para adolescentes: cómo lidiar con la escuela cuando tienes cáncer

Descubrir que tienes cáncer de por sí es bastante difícil, sin importar la edad que tengas. Como adolescente, se vuelve particularmente complicado. Ya haces malabares entre las complejidades de la escuela y la preparación para adentrarte en la adultez. Ahora, todo se vuelve un poco más complicado.

Según el cáncer y el plan de tratamiento, quizás puedas seguir yendo a la escuela. O tal vez necesites tomarte un tiempo para descansar y mejorar tu salud. Sin importar cuál sea el camino que tomes, en cada paso debes priorizar tu bienestar y enfocarte en la recuperación. A continuación, te indicamos algunos consejos para ayudarte a lo largo del camino.

Conoce tu tratamiento

Comprender el plan de tratamiento es el primer paso para determinar cómo puede afectar tu vida académica. Tómate el tiempo para hablar con el equipo de atención médica sobre los posibles efectos secundarios, el cronograma de tratamiento y cuánto tiempo precisarás para que tu cuerpo descanse. Estos detalles te ayudarán a decidir si puedes continuar con la asistencia a clases y la participación en actividades relacionadas con la escuela de forma normal o si necesitas tomarte un descanso.

Trabaja en colaboración con el personal de la escuela

Una vez que sepas cómo será el tratamiento, infórmaselo a tus profesores y otros miembros del personal de la escuela. No te preocupes, no lidiarás con todo esto tú solo. Tus padres o tutores estarán disponibles para comunicarse con el personal de la escuela, programar reuniones y explicarles las cuestiones específicas de tu afección. Además, en algunos hospitales, habrá trabajadores sociales para guiarte a través del plan escolar.

Al hablar con tus profesores, debes saber que cuentas con muchas opciones disponibles. Las modificaciones pueden incluir lo siguiente:

  • Clases más cortas

  • Menos deberes

  • Programas de educación en el hogar por Internet

  • Omisión de materias optativas o cursos no esenciales

  • Adaptaciones para hacer pruebas

  • Participación en menos clases

  • Clases particulares

Mantente en contacto

A veces, el tratamiento contra el cáncer y la recuperación que atraviesas pueden hacerte sentir solo. Pero recuerda: no estás solo. Tus amigos y compañeros estarán allí para apoyarte. Incluso si necesitas tomarte un tiempo de descanso, puedes mantenerte involucrado a través de lo siguiente:

  • Espacios virtuales de reunión. Aplicaciones de videollamadas y chats grupales para conectarte con compañeros de clase cuando estés en casa. Llamadas telefónicas para mantenerte al corriente.

  • Compañeros de estudio. Únete en pareja con amigos para las clases que puedes llegar a perderte. Ellos pueden compartirte notas, actualizaciones e incluso llevarte libros de texto o tareas a tu casa.

  • Eventos escolares. Si estás dispuesto a hacerlo, asiste a eventos escolares deportivos, musicales o reuniones motivacionales. Aunque es posible que tengas que faltar a clases esa semana, todavía puedes mantenerte conectado.

Ten en cuenta que tus compañeros de clase podrían reaccionar de diferentes maneras cuando se enteren de que tienes cáncer. Puede que algunos no sepan qué decir, mientras que otros hagan preguntas que sean insensibles. Puedes prepararte con antelación a cómo quieres responder ante estas preguntas. Está bien si pones límites y no quieres hablar sobre eso. En su lugar, enfócate en el apoyo que recibes de amistades y profesores que comprenden la situación.

Prepárate para regresar

Si recién te incorporas a clases luego del tratamiento, ten en cuenta los siguientes pasos para lograr una transición con menos complicaciones:

  • Prepara a los profesores y demás personal de la escuela. Pídele uno de tus padres o tutores que hable con los profesores, los administradores, la enfermera de la escuela y los consejeros académicos de forma anticipada. Ellos pueden ayudarte a fijar las expectativas y a pedir las adaptaciones necesarias. El personal de la escuela debe saber cómo ayudarte en caso de emergencia y si debes tomar alguna precaución mientras te encuentras en la escuela.

  • Planifica tu respuesta. Decide la información sobre el cáncer y el tratamiento relacionado con la que te sientes cómodo para compartirla con otros estudiantes. Tus seres queridos pueden ayudarte a redactar el mensaje de lo que quieres decir.

  • Rodéate de amistades. Pide a tus amistades más cercanas que se reúnan afuera contigo para que no tengas que entrar por tu cuenta. Pueden ser una presencia acogedora luego de una ausencia prolongada.

Dale prioridad a tu salud

Entre todos estos cambios, recuerda que lo más importante es tu bienestar. Presta atención a tu cuerpo para saber cuándo es tiempo de tomarse un descanso. No te exijas demasiado.

Si se presentan problemas de memoria, concentración o aprendizaje, eso está bien; los cambios en el funcionamiento mental son un efecto secundario frecuente del tratamiento contra el cáncer. Esto no significa que te hayas vuelto menos inteligente. Tómatelo con calma, pero siempre habla con el equipo de atención médica sobre cualquier preocupación o cambio que adviertas. Es posible que ellos puedan ajustar tu plan de tratamiento para adaptarse mejor a tus necesidades.

El cáncer puede ser un capítulo inesperado en tu historia escolar, pero no es lo que te define. No eres simplemente un adolescente con cáncer; eres un adolescente que aprende a superar desafíos gigantescos. Y, en cada paso que das, sin importar lo que pequeño que sea, muestras tu fuerza y resistencia. ¡Tú puedes!

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